“No importa cómo suene, tiene que ser psicodélico”. Esa fue la promesa con la que el italiano Wikus Van De Merwe y su novia se encerraron a fines de año en Los Ángeles a grabar su primer disco. Juntos habían grabado Plumy Tale a mediados de 2010, canción que había recibido elogios de todo tipo, aunque se desconocía completamente de dónde venía ese dueto, esa línea de bajo, y esos coros. Teniendo esa canción como única referencia, la pareja se dispuso a grabar el disco, abierta a cualquiera que sea la dirección que el sonido tome durante las sesiones, siempre y cuándo suene psicodélico.
Elephants at the Door está influenciado por millones de cosas, y muchos no tardaron en compararlo con Cosmogramma de Flying Lotus desde los ojos del rock y pop psicodélico. Grizzly Bear pero con más energía, con Edward Sharpe and the Magnetic Zeros pero menos hippies; el hijo entre que salió de una orgía entre Air, Led Zeppelin y the Velvet Underground; sea cual sea la ecuación de bandas que formule la crítica para tratar de entender Dumbo Gets Mad, Elephants at the Door se inclina en un territorio bizarro, mezclando cosas que nunca se nos hubiera ocurrido que quedarían bien.
Tomando canciones como Sleeping Over por ejemplo, no hay que poner mucha atención para admirar cómo se traspapelan una tremenda línea de bajo muy dub, unas voces con efecto chipmunk-alien, y un saxo ocasional. Otros temas como Harmony empiezan de una manera muy cálida, con una guitarra un poco reggae, unos tambores por atrás, la línea de bajo siempre presente, y los coros a lo Little Joy; todo esto para después pasar en la misma canción a un trance psicodélico y un estribillo rodeado con efectos de campanas. Es una de las producciones más creativas del año, llevándose todos los premios teniendo en cuenta que todo lo que escuchamos viene desde la cabeza y a través de las manos de un solo tipo.
Más que nada, el fuerte de Dumbo Gets Mad en todo momento es la creación de ambientes sonoros. Las canciones se conectan entre sí, cada una con su estructura poco convencional, aunque después de un tiempo uno puede llegar a preguntarse si existen más efectos que canciones en sí. Es entendible como después de un tiempo, puede llegar a ser un disco que moleste a la gente que venía acostumbrada a algo más simple, carente de experimentos sónicos, ya que después de todo, Elephants at the Door es un disco que requiere si no toda, por lo menos el 99% de tu atención las primeras veces, sin agobiar el oído.
Es la excentricidad en Elephants at the Door que lo hace brillar como único con sus bajos funkadelicos, sus sintetizadores orgánicos, los beats y las guitarras lejanas, diferenciándose de todo el indie pop convencional que satura la escena. Por momentos me hace acordar a mucho de con lo que estaba experimentando MGMT en Congratulations y lo logró en su propia manera. Muchos van a analizar exactamente cómo hiso Dumbo Gets Mad para llevar una idea a territorios experimentalmente muy poco explorados sin perder su esencia en el camino. Por ahora, no lo tuve que escuchar mucho para darle el título de uno de los mejores que escuche este año, fácil.
#360 - Dumbo Gets Mad (2011)
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