Stardeath and White Dwarfs es la banda del sobrino de Wayne Coyne, de the Flaming Lips, más conocidos por haber contribuido en la versión de the Dark Side of the Moon con la banda de su tío. The Birth, su primer disco, había aparecido demasiado desapercibido en 2009, culpa que le echo mayormente a Pitchfork por haberseles escapado de manos: por eso nadie tenía idea quienes eran cuando veian su nombre al lado de the Flaming Lips en el cover de Pink Floyd. Prejuiciosamente, nadie podía esperar un disco que no contara por lo menos un poco con un grado de experimentación y space rock mínimo.
El disco empieza con "the Sea is On Fire", y una ráfaga helada de Pink Floydismo nos pega en la cara, causante de prestarle mucha atención aunque se quiera. Una tremenda intruducción eleva las expectativas de estar escuchando una de las promesas menos reconocidas de los '00s, un punto de vista que se mantiene a lo largo del disco un poco más desinflada. Es más: en la mitad del disco nos encontramos con una instrumental que cumple la misma función que "On the Run" de the Dark Side of the Moon (canción que también tuvieron que coverear para la colaboración).
Es por eso que si bien la musicalización no podría estar mejor, Stardeath and White Dwarfs se encargan de casi arruinar el ambiente psicodélico de cada canción que venian acumulando con un par de estribillos fáciles a lo "tu turutururu turu", que dan casi arcadas vieniendo de una voz tan aguda como la de Dennis Coyne. The Birth sirve como una alusión a cómo se lo recuerda a Pink Floyd con toda su psicodelía (que de psicodélicos no les quedó nada), y un par de canciones escritas capaz con la esperanza de atraer a un público no tan familiarizado con la experimentación y los paisajes que el género maneja.
Terminado el disco, quedan las ganas de escuchar un Stardeath and White Dwarfs más maduros, con un sonido más definido de lo que se escucha en este primer disco (que ya queda bastante concreto), sin miedo de experimentar por su cuenta y alejandose de ser la sombra de the Flaming Lips (aunque si no fuera por sus colaboración y su relación, sería muy raro compararlos). Hasta que saquen un nuevo disco, nos quedamos con los órganos, los bajos electrónicamente distorsionados, y un disco "atrevido" a medias.
#341 - Stardeath and White Dwarfs (2009)
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