Monday, October 31, 2011

Within and Without

El multi-instrumentalista Ernest Greene comenzó sacando un par de EPs, siendo el casero Life of Leisure (2010) el que recién llegó a alcanzar la atención de la crítica. Varios no tardaron en notar similitud entre las canciones dependientes de sintetizadores y beats provenientes de este segundo EP de Greene bajo el nombre Washed Out, y la ambientalización de teclados y efectos electrónicos con los que venían jugando bandas como Toro y Moi, Neon Indian, o Small Black. Blogs y críticos no tardaron en terminar de armar el rompecabezas para nombrar al género que hoy se está dando a conocer como chillwave.

Sin embargo, al igual que con tantos géneros en la historia de la música, varios de estos artistas trataron de escapar del aura que ejerció el estilo que ellos mismos habían creado. Mientras que bandas como Memory Tapes o Teen Daze prefirieron mantenerse dentro de los límites de una etiqueta floreciente, otros virtuosos no dudaron en emprender una búsqueda de identidad sonora: Toro y Moi, por un lado, no tardó en influenciarse levemente por el rock psicodélico contemporáneo, mientras que Neon Indian se concentró en experimentar con un shoegaze electrónico. En su debut, Washed Out se desprende de la línea de bandas sencillas y, con la ayuda del productor Ben Allen (pionero en Merriweather Post Pavilion (2009)), Within and Without promete ser uno de los discos más relajados del año.

Desde el principio, Eyes Be Closed nos invita a recorrer un mar de sintetizadores atmosféricos y beats baratos: un pasaje no muy distante de lo que se venía admirando en los EPs anteriores. Sin embargo, la voz de Greene no tarda caer a la mezcla de la mano de Allen, cuya firma en la producción se hace notar cada vez que las voces logran envolvernos en su reverb etéreo. Se vuelve medianamente difícil de entender con claridad las vocales debido a los litros de efectos y ecos que tienen encima, más teniendo en cuenta la poca modulación con la que Greene acostumbra a cantar (¿pequeño consejo de Allen después de trabajar tan cerca de Panda Bear capaz?).

A pesar de esto, canciones primerizas como Echoes y Eyes Be Closed pueden llegar a llamar la atención durante las primeras vueltas al disco, aunque terminan siendo opacadas y dejadas de lado al carecer de una estructura sólida que no permita hacerlas sonar repetitivas e insípidas. Afortunadamente, temas como Amor Fati o Far Away suenan como transiciones sin agotar los oídos: evidencia de lo que una clara línea de bajo y unos sintetizadores a la par de unas baterías reales pueden llegar a hacer.

A lo largo del disco, la lírica se permite tocar temas acerca de cómo ni el verano ni el fuego del amor duran para siempre. Temas lentos como You and I relatan en primera persona una relación enfermiza en la que ninguna de las partes tiene fuerza como para terminarla. Lo que resulta mucho más apreciable es el delicado uso de samples sobre una batería y una línea de bajo medio reggae. El final A Dedication es fácilmente una de las canciones más directas del disco: Ernest Greene pausa todos los tipos de trucos electrónicos con los que supo jugar desde el principio, para confesarse en una balada limpia de piano y batería. No les voy a mentir, los sintetizadores también aparecen, pero definitivamente no son la idea principal del tema.

Una de las cualidades más ventajosas del disco toma forma al mantener el disco en repeat y darse cuenta de lo ligero que puede sonar, incluso después de analizar cómo pesa una producción brillante sobre una docena de sintetizadores. Incluso cuando las progresiones de acordes o los estribillos pueden llegar a sonar similares en más de una canción, Within and Without no está para nada tratando de escapar de sus raíces para ser algo que simplemente no es. El primer trabajo entero de Washed Out debe ser tomado por lo que en realidad es, dejando de lado cualquier tipo de sellos y apodos insípidos.

#370 - Washed Out (2011)

Los Que No Duermen

“Dicen que el mundo se divide entre los que tienen miedo a la oscuridad y los que no.” anuncia Lola Arias en Los Que No Duermen, su segundo disco junto al productor y multi instrumentalista Ulises Conti: un disco pseudo temático acerca de la noche, sus paisajes oscuros y almas nocturnas que no pueden cerrar el ojo. El dúo argentino había trabajado hace tres años en la banda de sonido para la obra de teatro El Amor es un Francotirador (2008), disco que los llevó a tocar en varios festivales de Sudamérica y Europa, para tener más tarde su edición y presentación alemana en el 2010. En el medio, Arias lograba intercalar sus roles de actriz, traductora, directora, y cantautora para sacar su colección de relatos, Los Posnucleares. No es difícil imaginarse a Arias como una persona desvelada.

El Libro de la Noche sirve como una introducción hablada, Arias pasa de confesar sus miedos infantiles acerca de la noche a describir con quiénes se encuentra cuando no puede cerrar el ojo: los que no duermen. La musicalización de parte de Conti provoca la inexacta primera impresión de mantenerse estática y pasmada en un segundo plano, aunque reconoce darle un mayor protagonismo a la escritora, o por lo menos en la primera mitad del disco.

Los Que No Duermen también impone contraste frente al anterior El Amor es un Francotirador, desarrollándose inocente y paralelamente, tanto musical como líricamente. El disco toma mucha influencia de la sonoridad de los ‘50s al igual que varios dúos contemporáneos, desde She & Him (con los quienes seguramente se ganaran mayor comparación) hasta Angus & Julia Stone. Al igual que ambos dúos, la cantautora discierne efectivamente su rol como escritora, alternando entre primera y segunda persona de manera consustancial, mientras el músico percibe estratégica y delicadamente dónde poner sus fichas.

El disco se mantiene conceptualmente dentro del sonambulismo, los laberintos urbanos, aunque Arias logra alcanzar sus puntos de honestidad máxima cuando deja de lado la temática trasnochada y confía acerca de desamores inoportunos (Nadie Va a Saber), no querer desprenderse de la figura de su padre (Padre), y la alienación inevitable dentro de la familia (Lazos de Familia). Varias de estas historias suenan más que familiares una vez leído su más reciente libro. Y si bien en estas confesiones, la ciudad y el insomnio dejan de ser motor de las canciones, asoman disimuladamente en cada una de ellas, con la versátil y cautivadora sonoridad de Conti atrapando a su compañera incluso cuando las voces llegan a mostrar cierta fragilidad.

Más allá de lo atrapante e íntegra que resulte la habilidad de Arias por reincidir melodías sin sonar insistente, dan ganas de volver a escuchar Los Que No Duermen gracias al trío de canciones habladas que sirven como introducción, intervalo, y final. Kilómetros se interpone con su progresión blusera de notas y su aura violentamente gris, en donde Conti tiene la oportunidad de jugar todo lo que se guardó en varios de los temas del disco. Diario de Una Mujer Policía liquida el disco con sus amplias cuerdas y teclados en crescendo que terminan abruptamente. ¿Habrá podido finalmente dormir?

#369 - Lola Arias & Ulises Conti (2011)